Los no lugares, neologismo creado por Marc Auge, son espacios cuya instantaneidad no le permite aferrarse mucho tiempo a un significado, a historias, a experiencias. Esto ha cambiado desde que originalmente se perfiló este concepto, sin embargo tiene todavía mucha fuerza.
Aquí un no-lugar típico. Un lugar del aeropuerto, en este caso en Londres. Un no-lugar tiene señales para entrar y salir rápido de él, generalmente no tan evidentes como este ejemplo, pero sí generando igual algunos ruidos para leer las formas de uso del espacio. Si se fijan en esta foto, tanto en el extremo izquierdo como en el extremo derecho, hay dos señales que indican lo mismo. Una flecha para ir a la derecha y una flecha para ir a la izquierda.
(Foto por David Rojas Elbirt)
Los no-lugares, te hacen enfrentar en algún momento lo convencional o arbitrario de la realidad. Es decir, muestran cómo alguien hizo algo a veces simplemente porque se le dio la gana, o por inflar su ego, o tal vez el bien común.
Aquí un no-lugar típico. Un lugar del aeropuerto, en este caso en Londres. Un no-lugar tiene señales para entrar y salir rápido de él, generalmente no tan evidentes como este ejemplo, pero sí generando igual algunos ruidos para leer las formas de uso del espacio. Si se fijan en esta foto, tanto en el extremo izquierdo como en el extremo derecho, hay dos señales que indican lo mismo. Una flecha para ir a la derecha y una flecha para ir a la izquierda.
(Foto por David Rojas Elbirt)
Los no-lugares, te hacen enfrentar en algún momento lo convencional o arbitrario de la realidad. Es decir, muestran cómo alguien hizo algo a veces simplemente porque se le dio la gana, o por inflar su ego, o tal vez el bien común.
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