Los aeropuertos son ideales para mostrar cómo algunos lugares se diseñan reforzando la sensación de vacío de anclajes semióticos para darle sentido a las experiencias de uso de esos espacios.
Aquí está el ejemplo de un asensor. Alguien quiere ir al primer piso? O al subsuelo 1? o a la planta baja? Además de ser un espacio al que es difícil adscribirle valores humanos a partir de experiencias significativas y/o rituales (levanten la mano por favor quienes hacen el amor en los asensores regularmente!), contiene unos botones con una nomenclatura que escapa a la lógica de sentido común de los usuarios provisorios del asensor. Es un lenguaje encriptado, sólo legible para los que habitan y mantienen inherte este sube y baja y sus alrededores. Entre los instantes de subir y bajar, sin querer se crea una "anomalía en la matrix", porque el consumidor de la caja de acero tendrá que descifrar a qué piso ir, y superar entre otras cosas el "miedo" de bajar hasta lo que parece ser demasiado subsuelo, incluso para un Aeropuerto -acasi suena a socavón.
(Foto por David Rojas Elbirt)
Aquí está el ejemplo de un asensor. Alguien quiere ir al primer piso? O al subsuelo 1? o a la planta baja? Además de ser un espacio al que es difícil adscribirle valores humanos a partir de experiencias significativas y/o rituales (levanten la mano por favor quienes hacen el amor en los asensores regularmente!), contiene unos botones con una nomenclatura que escapa a la lógica de sentido común de los usuarios provisorios del asensor. Es un lenguaje encriptado, sólo legible para los que habitan y mantienen inherte este sube y baja y sus alrededores. Entre los instantes de subir y bajar, sin querer se crea una "anomalía en la matrix", porque el consumidor de la caja de acero tendrá que descifrar a qué piso ir, y superar entre otras cosas el "miedo" de bajar hasta lo que parece ser demasiado subsuelo, incluso para un Aeropuerto -acasi suena a socavón.
(Foto por David Rojas Elbirt)
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