Eso sí, los no-lugares pueden activar en nosotros significados ajenos al espacio que ocupan a partir de su uso, y sí vincularse con el valores simbólicos a partir de sus características sintácticas. Es decir, algunas características del no-lugar, como el ser un espacio "de subida" o "de convergencia" o "con luz", pueden servir para de soporte para artefactos que sí pueden engancharnos en una experiencia humana, y conmovernos a recordar y a hacer algo concreto (como comprar, o ser suceptibles de comprar la siguiente vez).
He aquí un ejemplo, en el mismo aeropuerto.
(Foto por David Rojas Elbirt)
He aquí un ejemplo, en el mismo aeropuerto.
(Foto por David Rojas Elbirt)
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