Veamos algunos acrónimos como cotas, cni, Inra, fancesa, y nombres como "comité cívico", kimberley, unilever, ingenio guabirá, Kinder Nidito, palacio de justicia, etc.
Si bien usamos coloquialmente la palabra "institución" para referirnos a edificios y organizaciones (que muchas veces coinciden), las instituciones no son los edificios, ni nombres o marcas de una organización. Son las herramientas que crearon las personas para hacer algo que consideraban necesario en un momento de sus vidas. Herramientas para sobrevivir, y para establecer maneras de vivir. Las sociedades están repletas de herramientas para resolver problemas a cada paso de la sociedad.
Cuando hablamos de una institución, ponemos en juego dos fuerzas, que mueven a las personas, lo instituyente y lo instituído. Lo instituyente: establecer una nueva solución a un problema. Lo instituído: asirnos, agarrarnos, a una solución ya establecida. Lo jodido de las instituciones, es que muchas de las soluciones se tornan luego en parte del problema, o que los problemas cambian, aparecen otros nuevos y queremos resolverlos con las soluciones antiguas. Las bolsas de basura, fueron una solución al problema sanitario, pero ahora son parte de un problema de contaminación impresionante en las ciudades. Las pilas desechables, solucionaron el acceso a comunicación vía radio am, y ahora es parte de un problema de contaminación de las aguas subterráneas tanto en el campo como la ciudad. Los partidos políticos de los 80s, sirvieron para oponerse a la dictadura, pero ahora son un problema serio para construir un Estado transparente y que aprenda a incluir a las personas en tanto ciudadanos, consumidores y generadores. El sistema impositivo sirvió para recaudar impuestos de las empresas, pero es dañino cuando se trata de aumentar el número de personas que aprenden a pagar impuestos, y también es totalmente inepto al momento de dar señales visibles de confianzaque permitan a las personas conectar "pagar impuestos" con nuestro bienestar personal, familiar, barrial, y territorial. La telefonía móvil fue la gran solución para millones de personas excluídas de la telefonía fija, pero generó un enorme problema todavía sin solución relativo a las tarifas elevadas, cobros invisibles cuando llamás a personas que no usan tu operador de telefonía. Y hay miles de ejemplos más, de instituciones que al instituirse fueron soluciones, y ahora son problemas, o simplemente son soluciones que no se aplican en el contexto actual, en nuestro ahora-ahora.
Las instituciones son el espejo de cómo una sociedad identifica, define, se relaciona, y resuelve problemas que la hacen "ser". Las instituciones, en simple, son las soluciones que resuelven o promueven (o lo uno o lo otro) tensiones en la sociedad -entre personas, entre grupos de personas, entre lugares, entre intereses, entre sueños.
Lo difícil muchas veces es "fificil" (fifí= la persona presumida, que manifiesta gustos propios de la clase social acomodada). Es decir, nos acomodamos, nos sentimos cómodos con una manera de hacer las cosas, aunque sepamos que no sirve absolutamente a nadie. El transporte público, los micros y los micro-sindicatos son el mejor ejemplo. Nadie gana, ni siquiera los que deberían estar ganando, los grandes dueños de micros, que usan a los micro-sindicatos para ocultar sus empresas de transporte y no pagar impuestos. Ni qué decir de nosotros, las personas que usamos el transporte público, que en Santa Cruz de la Sierra, ahora demoramos el doble o el triple de tiempo para llegar a nuestras casas o a nuestros destinos, y que nos quieren meter el cuento de que están invirtiendo para mejorar el sistema de transporte. Los micros, antes una solución, ahora son un problema.
¿Por qué cuesta cambiar las instituciones, justo en este tipo de cosas que sabemos que joden más de lo que alivian? ¿Alguien quiere decir algo al respecto? Yo me animo. La respuesta pasa por la palabra "cerrada". Las instituciones son cerradas porque, a punta de repetición, achican el poder de la observación activa -la capacidad de sorprendernos sobre cómo funciona nuestro propio mundo cercano. Al sentido común que busca resolver problemas de forma práctica, se lo reemplaza por la conveniencia personal inmediata y el silenciamiento de criterios "para hacer las cosas mejor y más simple". En suma, la institución no aprende ni valora lo que sí aprenden sus miembros y usuarios sobre cómo hacer las cosas mejor.
Las instituciones, imponen la repetición de procedimientos que conviertan al tiempo y a la organización, en algo predecible. Las organizaciones cumplen procedimientos, construidos en tiempos y espacios más o menos fijos, y por tanto no brindan sorpresas nuevas. Esta es una forma cerrada cumplir con el mandato institucional.
Si bien usamos coloquialmente la palabra "institución" para referirnos a edificios y organizaciones (que muchas veces coinciden), las instituciones no son los edificios, ni nombres o marcas de una organización. Son las herramientas que crearon las personas para hacer algo que consideraban necesario en un momento de sus vidas. Herramientas para sobrevivir, y para establecer maneras de vivir. Las sociedades están repletas de herramientas para resolver problemas a cada paso de la sociedad.
Cuando hablamos de una institución, ponemos en juego dos fuerzas, que mueven a las personas, lo instituyente y lo instituído. Lo instituyente: establecer una nueva solución a un problema. Lo instituído: asirnos, agarrarnos, a una solución ya establecida. Lo jodido de las instituciones, es que muchas de las soluciones se tornan luego en parte del problema, o que los problemas cambian, aparecen otros nuevos y queremos resolverlos con las soluciones antiguas. Las bolsas de basura, fueron una solución al problema sanitario, pero ahora son parte de un problema de contaminación impresionante en las ciudades. Las pilas desechables, solucionaron el acceso a comunicación vía radio am, y ahora es parte de un problema de contaminación de las aguas subterráneas tanto en el campo como la ciudad. Los partidos políticos de los 80s, sirvieron para oponerse a la dictadura, pero ahora son un problema serio para construir un Estado transparente y que aprenda a incluir a las personas en tanto ciudadanos, consumidores y generadores. El sistema impositivo sirvió para recaudar impuestos de las empresas, pero es dañino cuando se trata de aumentar el número de personas que aprenden a pagar impuestos, y también es totalmente inepto al momento de dar señales visibles de confianzaque permitan a las personas conectar "pagar impuestos" con nuestro bienestar personal, familiar, barrial, y territorial. La telefonía móvil fue la gran solución para millones de personas excluídas de la telefonía fija, pero generó un enorme problema todavía sin solución relativo a las tarifas elevadas, cobros invisibles cuando llamás a personas que no usan tu operador de telefonía. Y hay miles de ejemplos más, de instituciones que al instituirse fueron soluciones, y ahora son problemas, o simplemente son soluciones que no se aplican en el contexto actual, en nuestro ahora-ahora.
Las instituciones son el espejo de cómo una sociedad identifica, define, se relaciona, y resuelve problemas que la hacen "ser". Las instituciones, en simple, son las soluciones que resuelven o promueven (o lo uno o lo otro) tensiones en la sociedad -entre personas, entre grupos de personas, entre lugares, entre intereses, entre sueños.
Lo difícil muchas veces es "fificil" (fifí= la persona presumida, que manifiesta gustos propios de la clase social acomodada). Es decir, nos acomodamos, nos sentimos cómodos con una manera de hacer las cosas, aunque sepamos que no sirve absolutamente a nadie. El transporte público, los micros y los micro-sindicatos son el mejor ejemplo. Nadie gana, ni siquiera los que deberían estar ganando, los grandes dueños de micros, que usan a los micro-sindicatos para ocultar sus empresas de transporte y no pagar impuestos. Ni qué decir de nosotros, las personas que usamos el transporte público, que en Santa Cruz de la Sierra, ahora demoramos el doble o el triple de tiempo para llegar a nuestras casas o a nuestros destinos, y que nos quieren meter el cuento de que están invirtiendo para mejorar el sistema de transporte. Los micros, antes una solución, ahora son un problema.
¿Por qué cuesta cambiar las instituciones, justo en este tipo de cosas que sabemos que joden más de lo que alivian? ¿Alguien quiere decir algo al respecto? Yo me animo. La respuesta pasa por la palabra "cerrada". Las instituciones son cerradas porque, a punta de repetición, achican el poder de la observación activa -la capacidad de sorprendernos sobre cómo funciona nuestro propio mundo cercano. Al sentido común que busca resolver problemas de forma práctica, se lo reemplaza por la conveniencia personal inmediata y el silenciamiento de criterios "para hacer las cosas mejor y más simple". En suma, la institución no aprende ni valora lo que sí aprenden sus miembros y usuarios sobre cómo hacer las cosas mejor.
No comments:
Post a Comment